Entre la semana pasada y ésta, he tenido oportunidad de conocer más el mundo en el que se mueven los ciegos gracias a 3 notas que ya he grabado: Comité Internacional Pro Ciegos, Biblioteca de braille, y Perros Guía (esta última, aún no se ha emitido).
La verdad es que estoy altamente conmovida y siento una gran admiración tanto por los ciegos que luchan por conseguir una vida "normal" como por toda la gente que trabaja con ellos para ayudarles a alcanzar su objetivo y sus ilusiones por vivir.
En el
Comité Pro Ciegos casi todos los maestros son también invidentes, y los que no lo son, dan un trato tan tan especial a todos los alumnos que es para emocionarse.
La
biblioteca de Braille da varios servicios para que todos los ciegos puedan tener a su alcance la mayor cantidad de libros y textos posibles, y ellos lo aprovechan.
Y la Escuela para perros guía fue fundada por una señora ciega y hoy en día es dirigida también por ella, da trabajo a diversas personas y le da "ojos" por medio de perros guía a los invidentes que lo solicitan y se preparan para ello.
Es tan sobrecogedor ver que estas personas, a pesar de una incapacidad tan importante como es el NO VER son capaces de hacer prácticamente cualquier cosa, cualquier cosa que tal vez cuando sí veían no hicieron, como estudiar por ejemplo, y hoy sí desean hacerlo y lo consiguen. Su esfuerzo es inmenso, pero le echan todas las ganas y la ilusión del mundo, ¡y alcanzan sus metas, consiguen ser independientes! Estudian, trabajan, salen, se van de compras, escriben en el ordenador, y una cantidad de cosas que muchos ni nos imaginaríamos q son posibles.
PERO LO SON.
Ellos lo hacen posible con su voluntad, su fortaleza, y su ilusión por la vida aún cuando una enfermedad o un accidente les ha robado la vista. Siguen adelante, con una sonrisa en los labios.
Ayer, viendo la tarea que se lleva a cabo en la escuela de perros guía (donde también se instruye al nuevo dueño del perro durante UN MES COMPLETO, no es tan fácil), le comentaba a Germán, el cámara, que uno se puede llegar a sentir insignificante ante personas tan poderosas. Yo me sentí muy lejos de un potencial así, la verdad.
Y esto mismo siento q nos quita el derecho o el lujo más bien de quejarnos en el día a día, de encontrar pegas a nuestra cotidianidad, no tenemos derecho a no ser felices con lo que ya tenemos, que sin duda sea lo que sea, es mucho siempre.
Siento muchas ganas de colaborar, de hacer algo que merezca la pena por estas personas que dan un ejemplo de lucha y de voluntad a todos los que, por el hecho de ser capaces de "ver", lo tenemos todo más fácil.
Podemos hacer cosas, hagámoslas.